Cámaras térmicas en la lucha contra el COVID-19. ¿Qué tan útiles son?
Tras la pandemia provocada por el COVID-19, ciudades y empresas buscan adaptarse a la nueva normalidad donde deberán tomar acciones que reduzcan el riesgo de contagios para continuar con sus operaciones. Una de las medidas que han adoptado algunos organismos públicos y privados es la implementación de cámaras térmicas para detectar uno de los principales síntomas del COVID-19: la temperatura elevada.
En este artículo hablaremos sobre las fortalezas, debilidades y los requerimientos que deben cumplir este tipo de cámaras para ser implementadas como parte de un protocolo de prevención.
Uso de la cámara
En primer lugar es necesario diferenciar entre cámaras de uso industrial y de uso médico, ya que sus precios y características son distintas.
Las cámaras de uso industrial, en las cuales nos enfocaremos en este artículo, están diseñadas para la seguridad perimetral, monitoreo de maquinaria y desechos, detección temprana de incendios, refigeración, entre otras aplicaciones, pues sus márgenes de error son aceptables para este tipo de funciones.
Estas cámaras no fueron pensadas pera medir la temperatura humana, sin embargo, con una implementación y configuración adecuadas pueden ser grandes aliadas dentro de los protocolos de seguridad sanitaria.
Calibración
La fiabilidad de una cámara térmica depende de la precisión de la medición. De acuerdo a la norma ASTM E1965-98, se permite un rango de error no mayor a 0.3 ºC. La precisión de estos equipos aumenta significativamente suministrando un blackbody. El blackbody es un artefacto que funciona como una fuente de calor calibrada que las cámaras térmicas utilizan como referencia para determinar la temperatura de los cuerpos alrededor.
Resolución
La imagen generada por la cámara debe tener el número de pixeles suficientes para tomar una medida más precisa, es por ello que la resolución es una característica importante a considerar. Estándares internacionales recomiendan una resolución mayor a 384 x 288 pixeles.
Distancias mínimas
Colocar una cámara térmica en la esquina de una habitación o un espacio abierto para monitorear la temperatura de forma casi imperceptible es una promesa recurrente en las campañas de marketing de los fabricantes. Lo cierto es que estos equipos necesitan operar en condiciones específicas para alcanzar su óptimo rendimiento.
Para realizar una medición fiable se recomienda que la cámara no se encuentre a más de tres metros de distancia del usuario. También es necesario colocarlas en sitios donde estén protegidas de fuentes de calor y variaciones de luz.
Falsa mercadotecnia
Algunas empresas han utilizado imágenes publicitarias que pueden ser confusas para el usuario, haciendo creer que la capacidad de sus cámaras es mucho mayor a la realidad, e incluso anunciándolas como equipos contra COVID. En los últimos meses, el portal IPVM se ha encargado de analizar algunas de estas campañas de mercadotecnia.
La publicidad de Dahua fue una de las primeras en ser examinadas por el medio especializado en seguridad, ya que en sus plataformas digitales utilzó una imagen en la que la cámara mide la temperatura de varias personas en una plataforma de tren, al aire libre y a varios metros de distancia.
La realidad de estos equipos, explicado posteriormente por la propia empresa, es que no pueden instalarse en exteriores. Debe usarse un blackbody para lograr una precisión de ± 0.3ºC, de lo contrario el rango de puede aumentar hasta los 2ºF, lo que sería una medición inservible. Según indican, deben colocarse a máximo 6 metros de altura y a 3 metros de distancia del usuario, circunstancias bajo las cuales la cámara sólo podrá capturar un ancho máximo de 4.9 pies (1.49 m) y no una vista panorámica como se aprecia en su publicidad.
¿En qué caso puede usarse una cámara térmica como filtro sanitario?
En un espacio cerrado donde las personas pasen de forma individual y puedan permanecer a no más de 3 metros de distancia de la cámara durante algunos segundos. Por ejemplo, en el filtro de seguridad del aeropuerto o en el acceso a un banco donde los clientes esperan su turno para ser atendidos.
Cabe mencionar que una cámara térmica de uso industrial aplicada a la medición de temeperatura de personas únicamente se recomienda como un filtro preliminar a una revisión individual con equipo de grado médico.
Implicaciones legales
Antes de adquirir algunos de estos dispositivos deberá informarse sobre sus regulaciones de uso y las implicaciones legales en cada región.
En Estados Unidos es la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) quien se encarga de regular el uso de estos sistemas con fines de detección de temperatura humana para asegurarse de que cumplan con los criterios de desempeño y etiquetado.
Algunas de las condiciones que pone es que los equipos cumplan con la norma IEC 80601-2-59: 2017 o normas alternativas enumeradas en su guía, que el etiquetado advierta que la medición de temperatura “no debe basarse exclusiva o principalmente para diagnosticar o excluir un diagnóstico de COVID-19 o cualquier otra enfermedad” y que la tecnología debe usarse para medir la temperatura de una persona a la vez.
Además, el uso de estos dispositivos plantea problemas de privacidad para los usuarios y público en general.
Las compañías deben considerar las leyes y políticas aplicables en su país entorno a la captura y uso de esta información, así como de la notificación a empleados y público.
En resumen, las cámaras térmicas no puden detectar COVID-19. Ni siquiera pueden detectar fiebre ya que éste es un término médico. Pero sí pueden ser herramientas importantes siempre y cuando se implementen de forma complementaria a otras medidas y se instalen y configuren de forma adecuada.